Daiana Ochoa “creo que ahora las chicas se respetan más”

Parecía un fútbol del otro mundo en enero de 2020 cuando en pleno verano pre-pandémico el torneo femenino desarrollaba en Balcarce la instancia eliminatoria de la “Copa de Campeones” con equipos de Balcarce, zona del sudeste y centro de la provincia de Buenos Aires. El público futbolero local de entonces casi ni se percató que nuestra ciudad era sede de tan importante certamen. Para la mayoría del sector se trató de un evento más. Estimulado por el Club Aldosivi, que ya había hecho gala de este fútbol “con rouge”, como tildaban con cierto tinte machista (hoy una palabra rebajada al grado de insulto), los antiguos relatores; el certamen abrió huella y allanó caminos.

SOL A FAVOR. Daiana Ochoa junto a referentes de Ferro Ade Alonso y Fernando Siaira.

La Copa tuvo convocatoria deportiva y de público, pero en su mayoría nada afín al fútbol clásico. Se trató de familiares y allegados a las chicas, a los que las acciones tácticas, técnicas y hasta deportivas, no le preocupaban demasiado. Lo que no se discute es que, más allá del historial que cuenta el fútbol femenino en Balcarce (por lo menos de hace 60 años atrás), estableció un precedente en competencias oficiales. Pandemia mediante, la actividad “probó el pasto” con un octogonal en 2021, que ganó Atlético San Manuel, hasta que, en 2022, se disputó el primer torneo Oficial, 100 años después que la Liga Balcarceña de fútbol funcione definitivamente como tal.

El certamen arrancó, para algunos entendidos, “primero por el techo y luego por las paredes”, ya que la mayoría de las chicas no tenía formación futbolística, ni de reglamentos y desconociendo, en algunos casos, la autoridad del árbitro en la cancha. Así, y estimuladas a veces por cierta “sangre caliente” y algún empuje de la hinchada, a cometer disturbios y hasta hechos violentos entre ellas. Un equipo solo acumuló casi 60 partidos de suspensión entre tres jugadoras. Una sola sufrió 30 y se perdió hasta gran parte del presente certamen. Atento a esto, el área de Deporte y Género de la Subsecretaría de Deporte y Recreación que dirige Daiana Ochoa, “paró la pelota”.

La funcionaria, deportista e incluso futbolista amateur, armó con psicólogas, entrenadores y afines, charlas y encuentros para morigerar esta situación, ya que, habiendo tenido hechos violentos (a un entrenador lo sancionaron con 4 años por agredir a un árbitro), la actividad ya era vista de reojo, por (claro está), los sectores futboleros más verticalistas y tradicionales: “el fútbol femenino es para quilombo”, “se la pasan peleando” y “se cagan a palo más que los hombres”, llegaron a decir. Con esas “pelotas en contra”, el área de Ochoa comenzó a recorrer clubes, concientizar e instruir. Parecía que las acciones serían inútiles, pero finalmente no fue así.

CAMPAÑA. Estimulada por Ferro y AU, pretende calmar los ánimos violentos de las hinchadas.

Daiana Ochoa: “creo que el cambio fue positivo”

Este 2023 el certamen Femenino arrancó con una expulsada en el clásico Los Pinos-San Agustín y fue por pierna fuerte. Pasaron 8 fechas para que apareciera recién la segunda tarjeta roja, por la misma acción. Al momento, disputadas 15 fechas, el certamen tiene 7 expulsadas en total, 0,50 de promedio por partido. Hay equipos que nisiquiera tuvieron tarjetas amarillas. Hay esta altura del certamen, el año pasado ya había tres hechos violentos, con sus consecuencias. Sin embargo, hay una tarea por hacer: “bajarle los humos” a ciertas hinchadas que combustionan en los partidos. Para Daiana Ochoa, “la tarea en este sentido no se ha detenido”, se sigue trabajando y más:

“Desde los inicios del fútbol femenino liguista en la ciudad estamos permanentemente haciendo campañas, participando y alentando a las chicas, que hasta incluso han competido en la zona, a la vez que nunca hemos dejado de trabajar en la reducción de actos de violencia tanto físicos como verbales, dentro y desde afuera de las canchas”, aseguró. “El balance es notable, creo que el cambio fue positivo, si tomamos en cuenta los últimos torneos (Preparación 2021 y Oficial 2022), donde se manifestó violencia entre los planteles. Este año las pocas expulsiones que existen en el certamen son por acciones de juego, pero ninguna hasta ahora por hechos lamentables.”, amplió.

SALUDOS. Giselle Cañete y Florencia Diez de Ulzúrrum se saludan tras el pleito Patos-AU.

“Creo que ahora se respetan más”, avizoró la funcionaria. “Han comprendido que se trata de un juego con reglas y nada más”. Pero la preocupación por algún otro acto violento le ronda la cabeza: “las hinchadas todavía suelen agredir a las jugadoras con consignas bastante ofensivas y hasta discriminatorias, algo que resulta muy desagradable y hasta preocupante”, estimó. “Quien agrede ya es mal visto en las canchas, y la gente que se da cuenta, comienza a alejarse”. En tan sentido, aseguró que “la tarea no termina, debemos seguir trabajando por la erradicación definitiva”, promedió. Al respecto, los propios clubes ya estimulan acciones referenciales.

A Ochoa le parece muy bueno “que los propios clubes, como Amigos Unidos y Ferroviarios (clásicos rivales del fútbol local), fomenten campañas anti-violencia, ya que estas acciones pueden ser implementadas por otros clubes y el mensaje resulta permanente”. El fútbol femenino local cuenta con 11 equipos en competencia con jugadoras mayores de 14 años. En paralelo trabaja en las inferiores SUB14 que como no pueden competir de manera oficial lo hacen en encuentros, los cuales ya incluyen partidos femeninos en su programación. El último, realizado en el Boca, reunió a más de un centenar de niñas. Ahora si el deporte que une está más igualitario que nunca. Sea.

ESPERANZA. Alessia Primitivo crece en un fútbol cada vez más competitivo y menos violento.