La dura misión de los atletas locales para obtener sponsors

Que la doble “Fangio de Oro” tenga que organizar una colecta para competir en un mundial, habla del desinterés de parte de quien le corresponde apoyarla. Otros deportistas como ella padecen la misma situación. ¿Balcarce apoya a sus deportistas?

Harto de trabajar de peón en un taller y con el capricho de empezar a correr en la cabeza, Juan Manuel Fangio decidió un día juntarse con un grupo de amigos e iniciar su camino hacia la gloria. Algo de eso había probado ya que por esos años se desempeñaba como volante por izquierda en algunos clubes del fútbol local y con ellos había festejado algún que otro título. Pero su sueño era otro: los fierros, la nafta y, en lo posible, la gloria. Claro que para eso precisó conseguir un auto, y por entonces, con su sueldo de empleado no podía costearlo solo. Así es como se juntó con sus amigos, que consiguieron a otros amigos, y esos a otros, y juntó la plata necesaria para debutar en el TC. El resto ya se sabe.

 

Con los años, Fangio fue logrando éxitos y con ellos sponsors, y apoyos gubernamentales. El mismo Juan Domingo Perón impulsó la construcción del autódromo de Buenos Aires a Nivel F1 solo para satisfacerse el hecho de verlo correr y de paso, dejar una obra que hoy ya es mítica. El “Chueco” devolvió gentilezas con logros y gloria, indiscutibles hasta el día de hoy. La necesidad-costumbre de recaudar fondos para competir deportivamente no es nueva, de ahí es que nacieron los patrocinadores, luego auspiciantes y al día de hoy sponsors. Son por ejemplo aquellos que permiten que Ud. pueda leer estos artículos, se informe y comparta esa información. Por eso que los sponsors para el deporte son vitales.

 

SIN SPONSORS. Shalom, doble “Fangio” y multicampeona internacional, debe lanzar colectas para competir.

 

 

 

¿Por qué Shalom Lescano debe hacer una colecta?

 

La práctica va mutando de acuerdo al éxito y fama del deportista. Generalmente empieza en dádiva, contribución o colecta para impulsarlo, pero, tras unos cuantos logros obtenidos embebidos de cierto prestigio, es el deportista quien pone el precio. El caso de Shalom Lescano es un ejemplo, ya que su indiscutible transitar por el atletismo regional, nacional, sudamericano y mundialista le da crédito suficiente a la deportista (doble Fangio de Oro, recordemos) para ponerle precio a su participación, y no caer en la lamentable práctica de realizar una colecta para poder competir. Ya mismo, y a sabiendas de que Shalom nos representará nuevamente a nivel mundial, hay que preguntarle que precisa.

 

La valía deportiva indiscutible de la deportista, que ganó 20 torneos argentinos el año pasado (diez provinciales y diez nacionales), más un sudamericano de una especialidad que no domina, es garantía suficiente para auspiciarla sin tener que, la deportista salir a la calle con una alcancía: las colectas son para las iglesias, bomberos, cáritas o alguna extrema necesidad de asistencia o salud. Para el deporte debe estar el sponsor, siempre. Bajo un panorama difícil para cubrir económicamente está la solución, pero para llegar a ella hay que trabajar en conjunto: Municipio y el propio entorno de la deportista. Shalom formará parte de un seleccionado, por lo cual no será ella la única dentro de esta situación.

 

MATEO. Otro “Fangio” con escaso auspicio, que trajo un subcampeonato mundial y panamericano de padel.

 

 

 

¿Cómo se puede ayudar a un deportista de elite?

 

¿Cómo se puede resolver esto? Primero con una presentación del a la deportista a los medios. Que cuente donde y como competirá y nada más. Luego que sea el Municipio desde la Subsecretaría de Deportes el que inicie las gestiones necesarias para poder competir (visas, pasajes, estadías y matrículas), acciones de las cuales debe asesorarse con la Federación Argentina a cargo. Es decir, asegurar al deportista la competencia. También el seno del atleta debe hacer posible esto, tratando de captar los dividendos necesarios para asegurarse los gastos básicos: traslados, alimentación y alojamientos, evitando en lo posible que estas condiciones influyan en la mente del atleta que solo debe competir.

 

El año pasado, Shalom Lescano necesitó casi 2 millones de pesos para representar a la Selección de trail en Tailandia. Desde que lanzó su participación y hasta el último minuto previo a la carrera debió batallar para conseguir apoyo y llegó al lugar apenas 48hs de participar. El año pasado Shalom logró los picos más altos desde que se inició en el atletismo, ganó incontables cantidades de competencias de calle y fue campeona sudamericana con pase directo al mundial de Trail, donde debutó. Tampoco defraudó, aunque no culminó en el podio. Sus resultados la consagraron como la mejor deportista del año por segunda vez, alcanzando a Marcos González y Mariela Davico, los referentes del deporte, con igualdad de logros.

 

CAMPEONAS. Candela Vega y Kiara Ponce viajan por el mundo con escaso sponsoreo y mucho aporte propio.

 

EN ASCENSO. Ignacio Bianchini compite a nivel sudamericano y trae logros sin sponsors.

 

 

El rol de los sponsors y ¿para qué sirve el ‘Fangio de Oro’?

 

Entonces: ¿Por qué no hay auspicios para Shalom Lescano? Para empezar, el sponsor no viene solo: se necesita hacer un trabajo para ello, y quienes laboramos en los medios podemos dar crédito. Al sponsor le sirve la imagen y la valía deportiva del atleta para, claro está, potenciar su propia imagen, y allí es donde el atleta debe hacerse valer. La práctica debe hacerse todas las veces posibles, cuanto más, mejor. En paralelo el organismo deportivo afín y la gestión gubernamental de turno deben bregar por la exigencia que requiere el deportista, lo suficientemente sólida para garantizarle su competitividad. Los resultados, obviamente dependerán de él o ella.

 

Desde este medio siempre bregamos por la acción de que el “Fangio de Oro” no solo sea una estatuilla de 5” de alto, sino algo más que un premio: la beca necesaria que asegure al deportista ganador otro año de competencia, que no sea el techo alcanzado sino el cimiento de lo que vendrá. La puerta para lograr más éxitos y más orgullo al deporte balcarceño. A un deportista se le agradece, se lo felicita y se lo insta a seguir compitiendo. Se debe ser cómplice de sus alegrías y no pañuelo para sus lamentos. Hoy, el deporte balcarceño tiene atletas de elite en casi todas las disciplinas, y como tales, merecen ser apoyados y estimulados. El deportista no es solo una foto, sino bandera, tesón y orgullo.

Sea.

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